5.3
Biodiversidad
marina
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Biodiversidad
marina
Hace 25 años el Jurel era una especie en serios problemas.
El año 1995 su captura alcanzó un peak de cinco millones de toneladas. En los años siguientes, tanto en Chile como en el resto del mundo, y gracias a un trabajo conjunto entre la ciencia y las políticas públicas, se logró su recuperación.
Hoy, la industria está regulada por cuotas globales de captura que apuntan a mantener una población marina sana y con biomasa creciente, que permitan asegurar la continuidad de la pesca como fuente de alimentación y del mar como fuente de vida. Estas cuotas señalan cuántas toneladas de productos marinos se pueden extraer del mar anualmente, son decretadas por períodos de hasta tres años y se determinan a partir de la consideración de múltiples factores, como la biomasa, las condiciones oceanográficas, la cantidad de alimento disponible para la especie que se quiere extraer y el nivel de explotación de estas especies.
Las operaciones de pesca de la industria están restringidas en las áreas donde nuestras artes de pesca pudieran afectar la biodiversidad. Es decir, las áreas de reserva artesanal desde la costa hasta cinco millas marinas a lo largo de todo el litoral nacional, además de las bahías y golfos. Existen también áreas protegidas dentro de las que la flota de Orizon no opera. Un ejemplo de estos parques marinos es el que está en torno al Archipiélago Juan Fernández. Todos nuestros barcos poseen posicionadores satelitales con los que se controla que nuestra flota no ingrese a ninguna de las áreas protegidas.
En Orizon tenemos una política de cumplimiento de la Ley de Pesca, a la que nos ceñimos estrictamente.
Su cumplimiento es una eficaz herramienta para no vulnerar especies que sean de especial preocupación. Es importante mencionar la Ley N° 20.625, llamada ley del descarte, para la protección de las especies objetivo sobre las que opera Orizon, su fauna acompañante y la pesca incidental de mamíferos marinos, tortugas, condrictios y aves marinas. Nuestros barcos están equipados con dispositivos de registro de imágenes que filman y graban todas las faenas pesqueras con lo cual el Servicio Nacional de Pesca fiscaliza el debido cumplimiento de esta normativa.
En conjunto con otras pesqueras de la zona centro sur, elaboramos el Manual de Buenas Prácticas para la Pesca del Jurel. Con él, queremos aportar a la mitigación del impacto de la actividad pesquera sobre otras especies y ha sido de gran ayuda para la capacitación de nuestras tripulaciones y de proveedores de pesca artesanal.
La saludable población del Jurel
Orizon es el principal productor de Jurel en el mundo y éste es uno de los primeros productos marinos que se ha trabajado de forma sostenible, teniendo un especial cuidado en mantener saludable a su población.
Gracias al cumplimiento de la normativa, la innovación para alcanzar mejores estándares ambientales y las certificaciones internacionales, hoy el Jurel de Orizon es 100% renovable.
Otra de las herramientas para proteger la biodiversidad marina en que operamos son las certificaciones MSC¹⁴ y Marine Trust¹⁵ para los productos de consumo humano y la harina de pescado respectivamente¹⁶. Ambas están asociadas a la sustentabilidad pesquera en términos de cuidado de los recursos y la biodiversidad marina, además de al tratamiento sustentable en el proceso de producción.
¹⁴ https://www.msc.org/es/que-hacemos/nuestro-enfoque/que-significa-el-sello-azul-de-msc
¹⁵ https://www.marin-trust.com
¹⁶ Mayor información de estas certificaciones en el capítulo Integridad en los Negocios”
Manual de Buenas Prácticas para la Pesquería Industrial del Jurel
Junto a Inpesca lanzamos esta guía e instrumento para el sector, que colabora en sentar las bases para una política nacional de manejo sostenible del Jurel. Los avances en materia de Sostenibilidad permiten que pueda ser considerado un recurso renovable, con una biomasa sana y una proyección positiva. Esperamos que este proyecto sirva como ejemplo a otras industrias y mercados.